El Proceso


El proceso seguramente es de las cosas más importantes en "el hacer". 

 

1. RECOGER CÁMARAS DE CAUCHO 

En este caso el proceso empieza por la recogida de cámaras de caucho en un taller de cambio de neumáticos. Si yo no doy este paso, las cámaras van a ir a un lugar donde las incineran. Es cierto que su desaparición ocurrirá en un futuro próximo, porque se está desarrollando una tecnología que las va sustituir por aire comprimido. Mientras llegamos a ese maravilloso momento, intento salvarlas de la quema y aportar mi grano de arena a la supervivencia del ecosistema natural.

cabos càmares

 

2. LAVAR LAS CÁMARAS DE CAUCHO 

El estado de las cámaras de caucho cuando las recojo es el de una vida con muchos kilómetros...Así que tienen una capa de polvo, suciedad y cierta grasa del propio material. Las lavo a conciencia con agua y jabón. Siempre dentro de este capazo, para hacer un consumo óptimo de agua.

3. SECAR LAS CÁMARAS DE CAUCHO 

Este paso es igual al de cualquier prenda de ropa que usas y usas y vuelves a usar. La propiedad del caucho que lo diferencia y lo hace interesante, es la impermeabilidad junto a su flexibilidad. una vez el material está seco, le quito cualquier resto con alcohol de 96º y un trapo. Se queda entonces el caucho con una apariencia como si de cuero se tratara. De hecho, tiene un aspecto similar.

socaire

 

4. PLANTEAR LA FORMA DEL BOLSO 

La costura que yo practico es espontánea. De hecho, el diseño del bolso suele ser bastante improvisado y responde a una manera de abordar la creación bastante escultórica. En el mundo de la costura, me parece que esto se llama "moulage", que en lenguaje profano viene a ser modelar. Pues bien, ya que el caucho es un material que tiene una forma propia, lo manipulo según su naturaleza, respetando sus curvas y la rigidez flexible que lo compone. Mi forma de plantear es mediante una especie de collage móvil. Cabe mencionar que, cada cámara de caucho es de un tamaño y un grosor distinto, así como su curvatura. Por eso es complicado hacer piezas iguales o cuadradas y planas. Yo todo esto lo juego al favor de la diferencia, la cual hace que cada pieza sea única.

 

 

5. COSER Y CANTAR 

Cuando llega el momento de coser, la mayoría de las veces canto...;) Es una de las partes del proceso que más disfruto. Ensamblar, unir, juntar las piezas y mantener la forma. Es la clave para la estructura principal del bolso. Coso a máquina lo que se puede y las partes que no puedo meter en la máquina las coso a mano. Normalmente utilizo hilos resistentes, de nylon, mezcla de nylon y algodón o hilos encerados.

moulage

 

6. INCORPORAR LOS TEJIDOS 

Una vez hecha la forma principal de caucho, la que manda, voy añadiendo los demás tejidos, que suelen ser tejidos descartados, los cuales reciclo o transformo de alguna manera. Lo último que suelo añadir son los interiores. La casa por el tejado, sí...pero es cierto que el caucho me permite darle la vuelta a la pieza como un calcetín y trabajo desde fuera lo de dentro. Parece un lío, aunque para mi se ha convertido en un proceso natural. Además, intento que combinen los detalles de color exteriores con los del interior. Llámame tiquis-miquis...

interiors exteriors

 

7. CÓMO CERRAR Y COLGAR

Para mí es vital un buen final. Por eso, uno de los misterios en la creación de los bolsos es cómo cerrar. También cómo se va a llevar en el cuerpo. Inevitablemente, todo viene indicado por la forma y el tamaño, y, en consecuencia, depende del material que tenga para tales fines. Pueden ser cremalleras, velcro, algún tipo de sistema de cierre descartado o, ¡oh por Diós! puede quedar abierto. Al final, esta decisión queda totalmente a merced de mi gusto, o lo que me parezca más cómodo.

 

 

8. EL SELLO 

El detalle final es estampar el logo de Lulut. Elegí este medio porque no soy muy amiga de las etiquetas o de que la marca tenga más presencia que el objeto en sí. Esto se alinea con mis valores. Prefiero que dure más el bolso que la marca. Mantiene un paralelismo con las marcas de las ruedas, tiene el mismo estilo y se van borrando con el tiempo. La impertinencia no me preocupa porque lo que sí deseo es que dure mucho y quede el objeto que en si mismo tiene una identidad propia. No hay dos iguales y se reconocen por su singularidad.